Myanmar recibe el Año Nuevo budista entre la represión y la violencia

La policía militar allanó toda una urbanización buscando a los disidentes.
martes, 13 de abril de 2021 · 14:20

Las festividades por el Año Nuevo budista en Myanmar se han visto opacadas por la terrible crisis política en la cual se encuentra sumergida esa nación del sudeste de Asia desde el pasado primero de febrero, cuando un grupo de militares sublevados tomaron el poder por la fuerza y ejecutaron un golpe de Estado que mantiene a la población birmana completamente movilizada.

Durante 72 días consecutivos, los habitantes de Birmania han tomado las principales calles y avenidas del país para exigirle al Gobierno militar golpista que le devuelva a la población su democracia y esta fecha tan importante para la mayoría de la población budista no ha sido la excepción.

Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas se ha manifestado frente a la pagoda de Sule en Rangún, la ciudad más grande de Myanmar, donde se llevan a cabo una serie de actos protocolares por la llegada del Nuevo Año budista y donde están presentes algunos miembros de la junta militar que lidera el país asiático

Pero los intentos de la población birmana por boicotear las festividades del Año Nuevo fueron salvajemente reprimidos por los agentes de seguridad del Estado que, a punta de gases lacrimógenos y cañones de agua, dispersó a los manifestantes. A esta hora, hay una extensa barricada policial en el lugar y todavía la prensa no ha emitido informes de heridos ni fallecidos, tampoco detenidos. 

Allanamiento sorpresivos en Magwe

A la par, desde otro punto de la geografía birmana, las Fuerzas Armadas bajo la orden de la junta militar gobernante han llevado a cabo un multitudinario operativo de seguridad en una ciudad Magwe, centro-oeste del país. Al parecer los efectivos del orden público han allanado más de 1.000 residencias en busca de líderes de la resistencia birmana, que desafían diariamente a la dictadura militar. 

Según reseña el diario Myanmar Now, las personas han tenido que escapar de sus hogares para no ser detenidas por los equipos de seguridad, mientras que los uniformados destruían, saqueaban e incendiaban algunas casas en estas comunidades. Por otra parte, se han realizado redadas para detener a los líderes de las protestas y solo se detuvo a tres personas, pero fueron puestos en libertad más tarde, conforme lo publicado por el portal. 

Recordemos que desde el inicio de las protestas, el pasado 1 de febrero del 2020, las fuerzas de seguridad birmanas han acabado con la vida de más de 700 personas, han herido a decenas, mientras que más de 3.000 permanecen bajo arresto en espera de su libertad o de un juicio. Precisamente, este fin de semana, la junta decidió condenar a la pena capital a unos 19 manifestantes que protestaban en defensa de sus derechos, decisión que ha sido fuertemente cuestionada por las Naciones Unidas y la comunidad internacional.