Israel

"Una revancha de la naturaleza": el mar Muerto deja impactantes cráteres al secarse

Las escasas precipitaciones, un menor caudal de los afluentes y el calor extremo hacen que el mar Muerto se achique.
miércoles, 27 de octubre de 2021 · 11:32

El mar Muerto ya perdió un tercio de su masa de agua desde 1960 y no se espera que su evaporación se detenga en el futuro próximo. Detrás de sí, mientras, deja grandes cráteres que maravillan a más de uno.

Todos los años, las aguas del mar Muerto retroceden un metro. Al secarse, este enorme lago de agua salada deja a la vista un paisaje de otro mundo: tierra blanqueada por la sal y grandes cráteres que se forman de un día para el otro.

El mar Muerto mide unos 80 kilómetros de largo y se encuentra entre Israel, Cisjordania ocupada y Jordania.

"Cualquier día de estos, tendremos suerte si queda un hilo de agua para remojarse los pies", lamentó  a la agencia AFP Alison Ron, una vecina de Ein Gedi que trabajó durante mucho tiempo en el spa del lugar, cercano al mar Muerto.

El spa se encuentra cada vez más lejos del agua: ahora está a 3 kilómetros de la orilla.

En un futuro, “ya no habrá más que dolinas", agregó la mujer. Las dolinas (o torcas) son unos cráteres que pueden alcanzar los diez metros de profundidad.

Los cráteres pueden formarse en solo un segundo.

Estas se producen cuando el agua salada se retrae y deja placas de sal subterráneas. Al llover, el agua se filtra y las disuelve. Entonces, la tierra que está encima ya no tiene ese apoyo y se hunde. Para Gidon Bromberg, director de la ONG Ecopeace en Israel, estos cráteres son “una revancha de la naturaleza” a causa de “las acciones inapropiadas del ser humano”.

Las autoridades califican a estos cráteres como "peligrosos", pero también "únicos y magnificos".

 

Un camino sin retorno

Actualmente, el mar Muerto recibe solamente el 10 % del caudal de agua del río Jordan que llegaba en el pasado. Pero este no es el único motivo de su retirada: el cambio climático también juega un papel fuerte.

El Instituto Geológico de Israel estima que ya hay miles de estos cráteres a uno y otro lado del mar Muerto.

Sin ir más lejos, Sodoma, al suroeste del gigantesco lago de sal, registró una temperatura récord de 49,9°C el pasado julio, algo que influye en la evaporación del agua. Muchos estiman que el retroceso de las aguas del mar Muerto es inevitable hasta el próximo siglo. No obstante, otros no se rinden y esperan que se puedan llevar adelante medidas efectivas que puedan estabilizar el nivel del agua, aunque nunca pueda volver a su esplendor de antaño.