Angela Merkel comienza a despedirse: claroscuros de la mujer que lideró Alemania durante 16 años

Mañana serán las elecciones generales en el país europeo de las que saldrá el sucesor de la canciller.
sábado, 25 de septiembre de 2021 · 10:30

La canciller de Alemania, Angela Merkel, utiliza los últimos momentos al frente del país para apuntalar a su candidato a sucederla. Por ello, hoy participó en el último acto de campaña antes de las elecciones de mañana para pedir a los ciudadanos que voten por el conservador Armin Laschet.

"No da igual quién gobierne nuestro país. Está en juego la línea del gobierno, su futuro y el de sus hijos", afirmó la gobernante alemana desde la ciudad de Aquisgrán. Merkel, quien goza de una alta aceptación, se dispuso esta semana a ratificar su apoyo al impopular Laschet.

Mañana se sabrá cómo quedará compuesto el nuevo Parlamento y, con esto, las alianzas que deberán hacerse para nombrar al nuevo canciller, quien será el encargado de dar inicio a una nueva era en Alemania, tras la “era Merkel”.

Merkel continuará al frente del Gobierno hasta que se forme uno nuevo.

 

De la “Dama de hierro” a la Merkel solidaria

La política conservadora, con formación en química, dirigió el rumbo de Alemania durante 16 años. Merkel es conocida más como una líder que sabe reaccionar frente a las crisis, más que como una visionaria. Pese a que tuvo que gestionar varias situaciones críticas desde su llegada al poder en 2005, hubo dos que sin dudas caracterizaron a su mandato.

Merkel se retira invicta de la política alemana.

La primera fue la gestión de la debacle económica en la Unión Europea en 2008, que tuvo a Grecia como mayor protagonista de la crisis del euro entre 2009 y 2010. La postura inicial de Merkel fue intransigente: Atenas tenía que salir del meollo sin ayuda de Europa. Las medidas de austeridad llevaron al país al borde de la bancarrota.

Luego cedió ante la presión y aceptó que el bloque europeo emita fondos de rescate porque ya “no había alternativa”. No obstante, Berlín insistió en que estos bonos debían estar sujetos a condiciones, como la puesta en práctica de reformas como recortes sociales.

Las duras condiciones fueron motivo de grandes protestas en Grecia contra la Unión Europea y contra Merkel.

Años después, en plena crisis de los refugiados en 2015, Merkel decidió, sin consultar a sus socios europeos, abrir las puertas de su país a personas provenientes, en su mayoría, de Siria y que buscaban asilo.

Mientras que muchos dentro del país y en Europa consideraron que se trató de un acto de valentía, también fue duramente criticada. El discurso xenófobo e islamófobo se intensificó y fue capitalizado por la creciente ultraderecha en Alemania.

Con esta medida, Merkel pasó de ser vista como la “Dama de hierro” a la líder solidaria de Europa.

En el último año y medio, la canciller alemana fue en gran medida elogiada por su gestión de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus, sobre todo durante la primera etapa.

Pero más allá de las decisiones tomadas dentro de su propio país, Merkel logró romper el tabú del rescate económico al apoyar firmemente la creación de los fondos europeos para respaldar a los países del bloque en la recuperación económica tras la pandemia.

Para el ex primer ministro de Grecia Alexis Tsipras, quien estuvo al frente de su país durante los años más duros de las negociaciones con los acreedores, uno de los mayores legados de Merkel será justamente este último apoyo, un giro respecto a su postura durante la crisis económica del euro.

En este sentido, Tsipras aseveró: "Puede ser irónico, pero esta última iniciativa suya es hoy una oportunidad para las fuerzas europeas progresistas en nuestro esfuerzo común por lograr una Europa muy diferente a la que Angela Merkel deja atrás".