BARILOCHE

Las mansiones militares abandonadas en Bariloche que generan un gasto enorme al Estado

El carácter de residencia exclusiva de jefes militares impide que cualquier persona pueda visitar estos lugares.
sábado, 5 de febrero de 2022 · 19:00

Las propiedades en Bariloche de los comandantes de las tres Fuerzas Armadas argentinas están abandonadas o escondidas detrás de densos bosques, pero generan un gran costo de mantenimiento para el Estado, ya que dentro de los muros de estos lugares no se sabe nada.

En una de ellas, la Residencia Quinchahuala en Barolichela historia termina cuando Juan Domingo Perón y Evita pasaron más de una semana en la propiedad del Estado Mayor del Ejército en 1951. Era una época de sueños nucleares y el científico austriaco Ronald Richter intervino en esta brecha.

Quinchahuala es la residencia del Ejército.

La propiedad está ubicada en el costado Oeste de la zona más turística de Bariloche, sobre la Avenida Bustillo. No tienen custodia a simple vista y el paso de uno de ellos es claramente visible desde la calle. Suelen estar cerrados y cuentan con personal de gestión y mantenimiento de turno.

“Fue proyectado y construido por la Sociedad de Enrique Lunde con el ingeniero Napoleón Beveraggi para William Hirst. Posteriormente, fue vendido al Ministerio de Guerra para presidentes y altos jefes de Estado”, explicó el archivo de la ciudad de la Patagonia argentina.

Pichi Mahuida, en el kilómetro 14,8 de Bustillo.

Su uso corresponde al General Guillermo Olegario Gonzalo Pereda, Jefe del Estado Mayor General del Ejército. La casa está cerca del lago con una vista espectacular de la Isla Huemul, en la ciudad de San Carlos de Bariloche.

 

El día en el que Perón salió al balcón

Solo existe una única fotografía conocida de la semana que aquel entonces el presidente Juan Domingo Perón y su esposa Eva transitaron en Bariloche. Es un resumen completo de su paso. Ya ha pasado una década desde que el Centro Cívico fue inaugurado por un gobierno conservador, un líder que ha sabido darle vida a su clásica puerta balconera.

Con Perón y Evita están en la foto el intendente Giordano Andrigo y el gobernador de Río Negro, Emilio Berenguer. El sacerdote Enrique Monteverde corona la imagen del poder local.

Habían llegado en el mítico Tren Blanco para tomar un descanso (ella estaba anémica y en pocos meses se conocería el diagnóstico de cáncer). Perón supervisaría el trabajo militar en la isla de Huemul, donde Ronald Richter le prometía dominar la energía nuclear.